En una noche llena de emoción y expectación, Claudia Sheinbaum, presidenta de México desde el pasado mes de noviembre, llevó a cabo su primer grito de Independencia en Palacio Nacional. La histórica ocasión marcó no solo un hito en la vida política del país, sino también un momento solemne para honrar el legado de las heroínas mexicanas que lucharon por la independencia nacional.
Acompañada por su esposo, Jesús María Tarriba Unger, Sheinbaum subió al balcón del Palacio Nacional a media noche, rodeada de una concurrencia abarrotada de personas que deseaban ser testigos de este momento singular en la historia. La presidenta mexicana, ataviada con un vestido plateado adornado con morado y con la banda presidencial en el frente, dio inicio a su discurso con una clara alusión a las heroínas del pasado.
Con voz firme y emocionada, Sheinbaum recordó la figura de Josefa Ortiz Téllez Girón, apodada “La Corregidora”, quien jugó un papel clave en el movimiento independentista mexicano. La presidenta destacó su valor y determinación al arriesgar su vida para difundir la noticia del grito de Dolores, que marcó el inicio de la lucha por la independencia de México.
“No podemos olvidar a las mujeres que han dado la cara por nuestra patria”, dijo Sheinbaum, con los ojos brillantes de emoción. “La Corregidora es un ejemplo de esto. Su valentía y determinación nos recuerdan que el amor por nuestro país no tiene género ni edad”.
A continuación, la presidenta mexicana se refirió a los héroes nacionales, como Miguel Hidalgo y Costilla, José María Morelos y Pavón y Vicente Guerrero, entre otros. Aseguró que su mandato estará dedicado a honrar y reconocer el legado de estos personajes históricos, que dieron la vida por la libertad y la independencia del país.
Sheinbaum también hizo un llamado a la conciencia ciudadana para que se comprometan con la lucha por la justicia social y la igualdad. “Nuestro país necesita más justicia, más igualdad y más oportunidades para todos”, afirmó. “Es hora de que creamos una sociedad más justa y equitativa, donde todas las personas puedan desarrollar su potencial y vivir con dignidad”.
La presidenta mexicana concluyó su discurso con un grito de Independencia, que resonó a través del Palacio Nacional y se escuchó en todo el país. “¡Viva la Patria!”, gritó, seguida por una concurrencia entusiasmada y emocionada.
En ese momento, Sheinbaum no solo estaba honrando el legado de las heroínas y héroes mexicanos, sino también transmitiendo un mensaje claro y firme a los ciudadanos: que su mandato estará dedicado a luchar por la justicia social, la igualdad y la dignidad para todos.