Cuauhtémoc Blanco, diputado federal y exfutbolista, se defendió ante posibles críticas después de ser capturado jugando pádel durante una sesión remota de la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados. Aunque el video fue difundido por varias plataformas, Blanco aseguró que no incurrió en falta alguna y que su actividad física se desarrolló horas antes de la reunión.
En un comunicado a la prensa, el diputado explicó que terminó de jugar pádel a las ocho de la mañana, mientras que la reunión era programada para las 10 de la mañana, momento en que debía registrar su asistencia. “No vi nada malo en lo que hice”, dijo Blanco con firmeza.
Aunque se trató de una actividad personal y no relacionada con sus responsabilidades legislativas, el diputado admitió que si su comportamiento es considerado inapropiado por otros, está dispuesto a aceptar las consecuencias. “Si quieren multarme o sancionarme, adelante”, dijo Blanco.
La sesión remota de la Comisión de Presupuesto fue organizada para abordar temas urgentes y críticos en el ámbito económico, como el presupuesto del país y la gestión de los recursos públicos. Aunque el diputado no estuvo presente en la reunión en persona, su participación virtual fue considerada esencial para la toma de decisiones y el análisis de las propuestas.
La defensa de Blanco ante posibles críticas se enfoca en establecer una clara distinción entre su actividad personal y sus responsabilidades como diputado. Aseguró que no hay evidencia alguna que conecte su comportamiento con la realización de su trabajo legislativo, ni tampoco hubo interrupción en el desarrollo de la sesión remota.
La polémica generada por el video de Blanco puede ser vista como un ejemplo de la tensión entre la vida pública y la privada en el ámbito político. Aunque el diputado no incurrió en falta alguna, su comportamiento personal fue objeto de debate y análisis, lo que refleja la gran expectación y la curiosidad con la que se observa la vida de los líderes políticos.
En última instancia, la defensa de Blanco enfatiza la importancia de mantener una línea clara entre el ámbito público y personal. Aunque sus acciones pueden ser objeto de crítica y debate, es fundamental respetar su derecho a la privacidad y no confundirlo con su función como diputado.