La presidenta Claudia Sheinbaum ha revelado que su gobierno ha estimado, provisionalmente, que alrededor de cien mil viviendas han sido afectadas por las intensas lluvias e inundaciones que han azotado cinco estados del centro del país desde el pasado 6 de octubre. Un balance trágico que ya cuenta con 64 víctimas fatales y 65 personas desaparecidas.
En un comunicado, la mandataria federal expresó su condolencia a las familias afectadas por este desastre natural, y destacó que su gobierno está trabajando en estrecha colaboración con los estados involucrados para brindar apoyo inmediato a los damnificados. “Hemos estimado que unas cien mil viviendas han sido dañadas o destruidas en los estados de Guerrero, Oaxaca, Michoacán, Puebla y Veracruz”, señaló Sheinbaum.
La presidenta también informó que su gobierno cuenta con una partida presupuestaria específicamente diseñada para emergencias como esta, con un monto total de 19,000 millones de pesos (equivalentes a unos 1,024 millones de dólares). Aunque la cifra es impresionante, Sheinbaum destacó que ya se han destinado tres mil millones de pesos (unos 162 millones de dólares) para atender los daños en los estados de Guerrero y Oaxaca, dos de las regiones más afectadas por el desastre.
Aunque la situación es grave, Sheinbaum subrayó que su gobierno está trabajando sin descanso para proporcionar ayuda a los damnificados. “Nuestro objetivo principal es proteger la vida y bienestar de las personas afectadas”, dijo. “Estamos trabajando con los estados involucrados para distribuir alimentos, medicamentos y otros suministros básicos, y también estamos desplegando personal militar y de emergencia en áreas más afectadas”.
La presidenta también recordó que su gobierno ya había tomado medidas previas para anticipar este tipo de situaciones. “Hemos mejorado significativamente nuestra capacidad de respuesta en materia de emergencias”, señaló. “Tenemos un sistema de alerta temprana que nos permite actuar rápidamente en caso de una situación como esta”.
Sin embargo, Sheinbaum también reconoció que la tarea no es fácil y que se necesitará tiempo y esfuerzo para restablecer la normalidad en las zonas afectadas. “Sabemos que este proceso va a ser largo y difícil”, dijo. “Pero estamos comprometidos con la tarea de ayudar a los damnificados a superar esta tragedia”.
En general, la reacción del gobierno federal ha sido calificada por muchos como positiva, considerando el contexto del desastre natural y la gravedad de las afectaciones sufridas. Sin embargo, también hay críticas en cuanto a la eficacia y rapidez de la respuesta del gobierno, especialmente en áreas más pobres y marginadas que han sido las más afectadas por el desastre.