Policías del Departamento de Seguridad Pública de Texas (DPS) han separado a familias migrantes al detener a los padres por cargos de allanamiento, mientras que los otros miembros, incluidos niños pequeños, son transferidos a los agentes de la Patrulla Fronteriza, de acuerdo con un reporte del periódico Houston Chronicle.
El gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, emprendió el polémico Operativo Estrella Solitaria, para detener la inmigración indocumentada pese a que es una tarea federal y con el despliegue de militares y policías.
Entre las órdenes a los policías que arrestan a migrantes en el Río Grande, está el mantener unidas a las familias y enviarlas a las autoridades federales para que presenten sus solicitudes de asilo.
Sin embargo, los agentes del DPS han dividido al menos a 26 familias en la frontera con México al detener a los padres por cargos de allanamiento de morada, mientras que otros miembros, incluidos niños, son transferidos a la Patrulla Fronteriza, indica la investigación del diario texano.
Muchos padres permanecen bajo custodia del estado y no han visto a sus familias desde entonces, dijeron abogados.
“Es una separación familiar patrocinada por el estado”, dijo al diario Kristin Etter, abogada y directora de proyectos especiales de Texas Rio Grande Legal Aid, que conoce al menos 26 familias que se han separado desde el 10 de julio.
Esto se suma a un informe que indica que las autoridades de EU violan los derechos humanos de los migrantes de manera “persistente” y con impunidad.
La Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA) y la Iniciativa Kino para la Frontera (KBI) documentaron “conductas abusivas” y afirman que la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) “tiene un problema persistente de abusos a los derechos humanos”.
El informe “revela pautas de comportamiento preocupantes de las que rara vez se rinden cuentas” que van “desde el uso indebido de la fuerza hasta la puesta en peligro de personas vulnerables, pasando por la elaboración de perfiles raciales, la confiscación de objetos de valor y documentos o la insubordinación politizada”.
Basándose en denuncias puestas por las víctimas o por organizaciones no estatales, KBI ha contabilizado 78 quejas formales entre 2020 y 2022 en Arizona.
El 95 por ciento de ellas “no acabaron en ningún tipo de medida de rendición de cuentas”, es decir, no hubo una investigación adecuada, ni se tomaron acciones disciplinarias y “sólo 5 por ciento” resultó en recomendaciones para el agente.
Y es que el aparato disciplinario del Departamento de Seguridad Interior estadounidense (DHS) y la CBP “rara vez emite castigos significativos por comportamiento abusivo”, afirma el informe.
WOLA y KBI “tienen conocimiento de 13 casos de muertes en las que hay razones para creer” que los agentes “usaron fuerza letal en circunstancias en las que no está claro si enfrentaban una amenaza inminente” o bien “no pudieron evitar la muerte de un individuo bajo custodia”.
Pero la mayoría de las quejas son por “sufrimiento”, “daños corporales” y “maltrato”. Con frecuencia se trata de actos “cotidianos” de crueldad “que apuntan a una toxicidad generalizada”.
En abril de 2021 varios agentes llamaron “terroristas”, “ratas” y “criminales” a una familia salvadoreña, incluida una madre con dos niños pequeños, y les dijeron que no hablaban español cuando quisieron pedir asilo, menciona el texto.
Muchos de los abusos suceden cuando los migrantes se hallan bajo custodia tras entregarse a las autoridades o ser interceptados. Muchos, “incluidos niños, denuncian que se les niega comida o agua”.
“Si sigues quejándote te pondré con los perros”, le dijo un agente a una mujer cuando se negó a desvestirse durante un cateo, cita el informe.
Algunas familias también sufren separaciones, aunque “la escala no es tan masiva” como durante el mandato del expresidente republicano Donald Trump.
Desde el 1 de octubre de 2021 hasta el 30 de septiembre de 2022, es decir, durante el mandato del presidente demócrata Joe Biden, quien prometió una gestión migratoria “humana y ordenada”, 145 niños migrantes fueron separados de sus padres, según datos del Departamento de Salud y Servicios Humanos de EU.
También se han producido separaciones entre cónyuges o entre hermanos.
Con información de AFP y EFE