Como espejo de la realidad del país, el ingreso de las familias de estudiantes de la UNAM se ha desplomado 10% en los 20 últimos años. Los pasos por recintos auriazules nos llevan, esta vez, a conocer al barberito preparatoriano
Mientras combina la máquina rasuradora con las tijeras, Axel Salvador Sánchez, de sólo 16 años, se sincera: “Ser puma es como una gran puerta que se abre para las personas que buscamos salir adelante, y no tenemos los medios”.
Es admirado en la Preparatoria No. 1, la de Xochimilco, donde cursa el segundo año. Y lo es, no sólo por su desempeño académico y soltura en el trato, sino por su asombrosa habilidad para la barbería, a la cual se dedica desde 2019, cuando apenas tenía 14 y estaba en tercero de Secundaria.
Cobra 50 pesos el corte, a domicilio. Su servicio se convierte en grata experiencia, no sólo por la pulcritud de la trasquilada, sino por la charla amena y el contagioso cariño a los colores universitarios, pese al corto tiempo en la institución (15 meses) y la lejanía obligada por pandemia.
“A la Universidad se le quiere desde el principio, porque es la escuela donde te convertirás en profesionista, y eso no se paga con nada”, afirma, ya concentrado en la navaja.
“Cuando alguien permite que uses la navaja, se convierte en tu amigo”, suelta de repente.
-¿Por qué? -se le pregunta.
-Porque no a cualquiera se le da la confianza para usar la navaja en cabeza y cara…
La barbería se ha convertido en su medio para ganar unos centavos: “Me siento independiente, tengo para comprar mis cosas y no sólo estirar la mano, porque sé que mis papás no tienen la posibilidad. Si quiero ir a una fiesta, ellos no pueden darme dinero siempre. El salario de mi papá no alcanza para todo”.
Como espejo de la realidad del país, el ingreso de las familias de estudiantes de la UNAM se ha desplomado 10 por ciento durante los 20 últimos años…
“Podemos ser cualquier cosa, menos burgueses”, dice Diego, en alusión a las recientes reprimendas del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien en días pasados recetó a la Universidad títulos como derechista, individualista, conservadora, neoliberal y aburguesada. Diego también es universitario: está en el tercer año en la Preparatoria 5 y se ha convertido en cliente asiduo de Axel.
Conforme a las estadísticas oficiales de la Máxima Casa de Estudios -revisadas por este diario-, a principios de siglo, por allá de 2001, el 51.5 por ciento de las familias de universitarios -incluyendo alumnos de ingreso a licenciatura por concurso de selección y pase reglamentado, así como a bachillerato- ganaban menos de 4 salarios mínimos al mes.
En los últimos años -la cifra más actualizada es de 2019-, el porcentaje subió a 61.5 por ciento.
Mientras en 2001 el 6.26 por ciento de las familias universitarias ganaban más de 10 salarios mínimos al mes, en 2019 se redujo a 4.83.