La ira popular estalló en las calles sinaloenses ayer domingo, cuando miles de ciudadanos se manifestaron contra la pésima administración del gobernador Rubén Rocha Moya. La protesta masiva fue un grito de desesperación y rebeldía en contra de una autoridad que ha demostrado ser indiferente a los problemas y necesidades de su pueblo.
Sinaloa, un estado que ya había sido condenado por la falta de recursos económicos y sociales, se encuentra ahora en una situación crítica. La administración del gobernador Rocha Moya ha sido cuestionada por su falta de interés en resolver los problemas de seguridad pública, corrupción y desempleo que aquejan al estado. Los ciudadanos sinaloenses están exasperados con la ineficacia y la arbitrariedad con la que se toman las decisiones en el gobierno estatal.
La protesta, que contó con la participación de personas de todas las edades y estratos sociales, fue un llamado a la acción para exigir responsabilidad del gobernador y su equipo. Las manifestaciones pacíficas se centraron en denunciar la falta de seguridad ciudadana, la corrupción y la impunidad que prevalece en el estado. Los participantes también pidieron la destitución del gobernador y la creación de un nuevo sistema político que priorice los intereses de los sinaloenses sobre las ambiciones personales.
El gobierno estatal ha sido acusado repetidamente de estar enredado con grupos criminales, en particular el Cártel de Sinaloa, y de favorecer a una facción política en detrimento de la otra. Esto ha generado un clima de inseguridad y desconfianza entre los ciudadanos, que sienten que su gobernador no hace nada para protegerlos ni resolver sus problemas.
Las cifras son alarmantes: el estado de Sinaloa registra una tasa del 85% de criminalidad en la capital estatal, Culiacán. La violencia y la inseguridad han aumentado exponencialmente en los últimos años, lo que ha llevado a muchos sinaloenses a abandonar sus hogares en busca de un futuro más seguro en otras partes del país.
La protesta ayer domingo fue un momento clave para exigir justicia y cambio en Sinaloa. Los ciudadanos demandan un gobernador que se preocupe por su pueblo, no por su propio interés o el poder político. Es hora de que los líderes políticos sinaloenses escuchen las voces de sus ciudadanos y trabajen para construir un futuro más próspero y seguro para todos.