Durante la inauguración de la exposición “La mujer en el México indígena”, organizada en colaboración entre el Ministerio de Asuntos Exteriores español, liderado por José Manuel Albares, y el gobierno mexicano, el ministro español reconoció con humildad y honestidad que la historia compartida entre España y México ha sido marcada por momentos de dolor e injusticia hacia los pueblos originarios mexicanos.
Albares expresó su comprensión para la situación vivida por los pueblos indígenas, quienes han padecido el peso del colonialismo y la explotación a lo largo de siglos. Aseguró que es justo reconocer y enmendar este pasado turbio, ya que “entre España y México ha habido una historia muy humana, con claroscuros”. El ministro español no se detuvo solo en el análisis histórico, sino que también evocó la importancia de aprender de los errores del pasado para construir un futuro más justicable.
La exposición inaugurada ese día es un homenaje a la resistencia y fortaleza de las mujeres indígenas mexicanas, quienes han sido líderes clave en la lucha por la supervivencia y el mantenimiento de sus culturas. A través de una selección de objetos, documentos y testimonios, la exposición muestra la vida cotidiana de estas mujeres, desde su papel como granjeras y artesanas hasta su participación en la resistencia armada contra los invasores españoles.
En un momento en que se celebra la diversidad cultural y lingüística, es importante recordar que muchos pueblos indígenas mexicanos han sido víctimas de la violencia, la marginación y la desaparición. La exposición “La mujer en el México indígena” es un llamado a reflexionar sobre este pasado y a reconocer la resistencia y perseverancia de las mujeres que han sido clave para la supervivencia de sus pueblos.
Albares expresó su solidaridad con los pueblos originarios mexicanos, reconociendo que “la justicia no es solo una cuestión jurídica, sino también ética y moral”. El ministro español llamó a reflexionar sobre la responsabilidad histórica de España en el contexto de la colonización y la explotación, y subrayó la importancia de construir un futuro basado en la justicia, la igualdad y el respeto por la diversidad cultural.
En este sentido, la exposición inaugurada ese día es un paso importante hacia la reconciliación y la reparación. Es un reconocimiento a la dignidad y la resistencia de las mujeres indígenas mexicanas, y un llamado a reflexionar sobre el pasado para construir un futuro más justo y pacífico.